Verba volant, scripta manent.

Invisible pero cierto




Una ciudad entera vive en mi cabeza, con sus calles, con su tráfico, con sus casas, con su gente.Ruidosa, estridente, brillante y agobiante que bulle, que grita, que entorpece mis pasos. Una ciudad infame que sangra pecados desde el asfalto caliente... Que gime cuando la miro y ríe cuando la sueño.
Una ciudad infinita de luces y de espejos rotos me desgarra por dentro y me aplaude por fuera, me sacrifica en la cruz  de su locura.
Me degrada y me eleva, me engulle...
A veces soy el vecino del quinto que no para de gritar, otras la vieja del tercero que vive sola y sin esperanza o el pianista del segundo que se traga sus propias teclas.
Me paseo por la calle y no me ves, soy un fantasma de sábana roída y cadenas oxidadas. La gente tiene prisa, no se para, ni escucha, ni mira, ni vive, ni toca…ni siente...sólo mastica lodo.
Soy el niño de la mano del abuelo o la niña del portal de enfrente que quiere ser mayor a toda costa.
Las ruedas de los coches me atropellan los pies y no grito, solo callo, paso  el dolor con píldoras de Fe…
Cuando llueve me refugio en los soportales, pero sigue rezumando humedad por todos lados. Una humedad que cala los huesos que no tengo , que se rompieron hace tiempo como el cristal de la ventana de tu escaparate.
Me acuesto entre noticias de política corrupta, de cobardes malos tratos, de deportes anestésicos, de cifras envenenadas…y apago la luna hasta mañana.






El valor de la amistad

- Mi amigo no ha regresado del campo de batalla, señor; solicito permiso para ir a buscarlo- dijo un soldado a su teniente.
- Permiso denegado- replicó el oficial.
No quiero que arriesgue su vida por un hombre que probablemente haya muerto.
El soldado, haciendo caso omiso de la prohibición, salió, y una hora más tarde regresó mortalmente herido transportando el cadáver de su amigo.
El oficial estaba furioso:
- ¡Ya le dije que había muerto! ¡Ahora he perdido a dos hombres! Dígame, ¿valía la pena ir allá para traer un cadáver?
Y el soldado moribundo respondió:
- ¡Claro que sí, señor! Cuando lo encontré, todavía estaba vivo y pudo decirme:
- Estaba seguro de que vendrías.




Leído en un calendario.
Imagen sacada de Internet.



OSADÍA




A Blancanieves le crecieron los enanos.
Luego, junto al príncipe, montó un circo.
("Pa" chula ella).



By Pulgacrofrot
Imagen: Tom Bagshaw - Snow White



SOLEDADES (I)




Vivo en un sótano de cañerías rotas
Que rezuman soledad
Por todos lados.
De paredes desconchadas
Que ya no tapan el olvido.
De suelos fríos,
 De techos altos.

Vivo en un sótano de sábanas
Roídas por la rabia,
De esquinas sombrías
Donde crece la añoranza.
De espejos viejos,
De cama helada.

Y al otro lado de la puerta
Está la Vida que me llama,
¡Que me invita a que la viva!
Y yo aquí, como si nada…


By Pulgacroft
Imagen: One century of loneliness (Announi Abdelali)




SOLO POR DENTRO





Alimento mi furia
con versos esquivos,
conserva  de tela de mono
pegada a la piel.

Sustento mi rabia
con saña de verso,
converso de todo
y de nada…al revés.

Alimento mi adentro
con letras que leo
en  horas de sueño,
que robo en un tren.

Me vuelvo silente converso
con cuerpo alienado,
versado en enojos
que nutren mi rabia…
y mi furia también.


By Pulgacroft
Imagen de "Metrópolis" de Fritz Lang.



ARTE PERTURBADOR: OPHELIA de John Everett Millais



Cuadro perturbador donde los haya (por lo menos para mí) es el "Ophelia" de Millais (1851-1852), una de las obras más emblemáticas (si no la que más) del Movimiento Prerrafaelita.


















Un grupo de artistas (pintores, escritores y escultores) entre los que se encontraban Millais y Rossetti (los dos hermanos, unos pintor y otro escritor) entre otros, fundaron en Inglaterra, en 1948, una hermandad secreta: el Movimiento Prerrafaelita, para huir del puritanismo, la doble moral y los postulados de la Epoca Victoriana.
Se inspiraron en la Edad Media y siguieron en cierta medida las ideas de los Románticos. Volvieron al detallismo y al colorido luminoso de los artistas anteriores a Rafael. Su temática principal la encontraron en  el mundo encantado, temas históricos y religiosos y también en la Divina Comedia.
Un tiempo después, el Movimiento se dividió en dos direcciones: una Medievalista (a la que pertenecía Rosetti) y la otra Realista (a la que pertenecía Mallais).
Ambos estilos fueron fundamentales para el desarrollo de la modernidad clásica del siglo XX.


La "Ofelia" de Millais, está inspirado en el personaje ficticio del "Hamlet" de Shakespeare.  Ofelia, después de la muerte de su padre se vuelve loca y sube a un árbol. Una rama se rompe y Ofelia cae a un arroyo donde se ahoga.

Encuentra Millais en el río Hogsmill la inspiración para recrear este arroyo y Elizabeth Siddal es la modelo que posa pacientemente para el cuadro, una joven modista que trabaja en una sombrerería en Londres.

Parece ser que Elizabeth se sumergía a diario en la bañera de la casa de Millais con unas velas bajo la bañera para mantener la temperatura, hasta que un día Elizabeth enfermó ya que las velas se había apagado y ella no quiso molestar al pintor. El padre de Elizabeth obligó a Millais a pagarles el médico pero la joven no volvió a posar para Millais.

"Ophelia" se expone en la Tate Gallery de Londres.

El cuadro me resulta perturbador por lo fantasmagórico que hay en él, por la presencia de la Muerte en una Naturaleza también un tanto siniestra...por la expresión de la joven con los labios entreabiertos y la mirada perdida, por la flores que se escapan de sus manos inertes. El cuadro en sí me provoca rechazo y atracción a la vez, porque es como si la Naturaleza se hubiera aliado con la Muerte para llevarse la Vida y la Belleza sin mostrar piedad alguna, como si el Agua quisiera limpiar la huella de la Muerte y en susurros nos recordara la fragilidad de lo que Somos...



Sirenas de barco (Recuerdo Infantil)



Siendo yo muy pequeña, oía desde la cama el sonido de la sirena de los barcos.
Era un sonido grave, corto, intermitente, diría que incluso lastimero pero magestuoso. Uno de esos sonidos con personalidad.
Me gustaba mucho escucharlo porque eso significaba que era verano y que estaba al lado del mar.
Lo escuchaba casi todas las mañanas, al despertarme, y el sonido me hacía pensar en barcos enormes que venían de países exóticos cargados de sabe Dios qué misterios.
El “canto” de aquellas enormes sirenas me hacía sentir segura, la grandeza de los barcos a los que pertenecían me protegían desde la costa.
Escuchaba yo en silencio y nunca dije nada a nadie de lo que me hacían sentir ni preguntaba nada sobre ello, como si esos barcos me hablasen sólo a mí y yo debiera guardar el secreto…

Una mañana, muchos años más tarde, escuché el mismo sonido y me quedé callada muy atenta…no tuve la menor duda y la certeza cayó sobre mí como un jarro de agua fría. ¡Ni siquiera estaba yo en un lugar de costa!
El sonido que yo había identificado rápidamente como una de aquellas sirenas, provenía... del  motor de una lavadora.

Aun así, muchas mañanas cuando me despierto, sigo oyendo aquellos barcos hablándome de largos viajes a países imposibles, de su llegada a mi puerto...aunque no haya costa y el mar quede muy lejos.


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